En Mudanzas Alicante Ecoportes estamos acostumbrados a ver de todo: sofás que parecen no pasar por la puerta, cajas misteriosas que pesan más de lo que deberían y algún gato curioso que se cuela en las furgonetas. Pero hay mudanzas que son de película, y una de las más míticas fue la del Guernica de Picasso. Sí, incluso una obra maestra mundial tuvo que embalarse y viajar con todo el cuidado del mundo. ¡Vamos a contarte cómo fue esta aventura!
¿Por qué el Guernica vivía en Nueva York?
Cuando Picasso pintó el Guernica en 1937 para denunciar los horrores del bombardeo de la ciudad vasca, dejó muy claro que su obra no volvería a España mientras existiera una dictadura. Tras su exposición inicial en París, el cuadro comenzó un largo viaje por varias ciudades del mundo hasta encontrar “refugio” en el MoMA de Nueva York. Allí, a partir de 1939, quedó bajo custodia, protegido de los riesgos que suponía la Europa en guerra y de un país que aún no estaba preparado para recibirlo.
Durante esos años, el Guernica se convirtió en un símbolo universal de la paz y la denuncia contra la violencia, al tiempo que Nueva York lo cuidaba como a un tesoro. Su estancia en Estados Unidos también permitió que millones de personas de todo el mundo pudieran admirarlo, pero siempre con una condición muy clara: la obra debía regresar a España cuando esta fuera libre y democrática. Esa promesa se cumpliría en 1981, dando lugar a una de las mudanzas más famosas de la historia del arte.
Una mudanza digna de película
En 1981 llegó el gran día y todo se organizó como si fuera una operación de espionaje internacional. Nada de furgonetas normales ni camiones de mudanza. El Guernica se embaló en un cilindro especial, se colocó dentro de una caja climatizada construida a medida y, con los seguros más caros que puedas imaginar, empezó su viaje de regreso. Todo el proceso se mantuvo en absoluto secreto: ni siquiera muchos de los trabajadores del MoMA sabían qué había dentro de aquella caja tan custodiada. Había demasiado en juego como para correr riesgos: un robo, un accidente o incluso un atentado podían convertirse en un desastre histórico.
El transporte se hizo en un Boeing 747 fletado exclusivamente para la obra, escoltado por la policía y con medidas de seguridad extremas desde Nueva York hasta Madrid. Cuando aterrizó en Barajas, el cuadro fue trasladado en plena madrugada por calles vigiladas y desiertas, directito al Casón del Buen Retiro. Allí, esperaban especialistas, restauradores y autoridades con el corazón en la mano. Era como la escena final de una película: todos conteniendo el aliento mientras la obra volvía a desplegarse después de tantos años.
El susto de desenrollarlo
Uno de los grandes miedos era que, tras tantos años enrollado, el lienzo se dañara al abrirlo. Los restauradores sudaban la gota gorda mientras lo desplegaban, pero todo salió perfecto. Hoy lo podemos disfrutar en el Museo Reina Sofía gracias a que aquella mudanza salió redonda.
El arte de mudarse sin complicaciones
Mudanzas hay muchas, pero pocas tan delicadas como la del Guernica. Esta historia demuestra que, con buen embalaje, previsión y un equipo profesional, hasta la obra más valiosa puede viajar segura. En Mudanzas Alicante Ecoportes no trasladamos Picassos (de momento 😉), pero ponemos el mismo cuidado y mimo con cada cliente. Así que si buscas mudanzas en Alicante con trato de museo… ¡ya sabes dónde encontrarnos!